LEEDME Y CONVERTÍOS EN ÁNGELES


Leedme
y convertíos en ángeles.
Salid al mundo y desplegad las alas.
Vivid cada minuto como si fuerais violinistas locos
a punto de incendiar
París.
Morded el pan de la alegría.
Pintad un perro y arrojadlo al mar, que lama a las sirenas.
Haced el bien.
Jugad al béisbol con la luna.
Rociad vuestros espíritus sobre la hierba de las discotecas:
¡Bailad, bailad, cabrones!
Y poco más:
amaos por el culo y por la mente,
como aman los grandes.

EL ÁNGEL DE LAS ALAS ROTAS

                              homenaje a Enrique Urquijo

Al pie del diablo, búscame en el bar,
sentado en el rincón de las derrotas,
que soy el ángel de las alas rotas
y, sin morder acohol, no sé volar.

Ayúdame a salir, seca este mar,
patéale las sienes con tus botas
a quien lidera el club de los idiotas,
a ver si a golpes deja de penar.

Nací para el dolor, una putada,
y voy del sufrimiento a la cerveza
lo mismo que el gorrión a la alambrada.

La luna se ha enredado en la maleza
y aquí no hay más que un hombre, polvo, nada,
haciéndole el amor a la tristeza.


LA JUVENTUD NO ESTÀ EN LOS 18


La juventud no está en los 18
ni en salivar la oreja a la más guapa ni en el tupé dorado de James Dean.
No apedreéis el coche policía. No boxeéis con lobos.
La juventud no está en el reggaetón
ni en arrojar naranjas a la luna ni en abrazar con miel rabiosa al diablo.
Lector de vacuidades, viejo amigo:
como todo lo bello, la juventud no está en ninguna parte...
Por eso el que no busca es quien la encuentra.
Por eso tú no has de morir jamás.