EL HOMBRE MÁS FELIZ DEL MUNDO: YO
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...................................Felicidad, qué bonito nombre tienes.
..................................................La Cabra MECÁNICA
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...................................Felicidad, qué bonito nombre tienes.
..................................................La Cabra MECÁNICA
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Afirma Epícteto que la felicidad es una decisión.
20 siglos después, estoy de acuerdo:
un hombre que sonríe
boxea con el agua y con el fuego y con el aire y con la tierra
y vuelve victorioso. Vivamente.
Afirma el rock & roll que los milagros
existen. Y eso es cierto porque yo (y tú y él y todos -no dudéis-)
soy uno.
Afirma el cisne de los manicomios: Deseo de ser piel roja.
Belleza de lo rudo, lo salvaje. ¿Qué más decir?
3 cosas, puramente:
amo el amor; seguidme; superadme.
20 siglos después, estoy de acuerdo:
un hombre que sonríe
boxea con el agua y con el fuego y con el aire y con la tierra
y vuelve victorioso. Vivamente.
Afirma el rock & roll que los milagros
existen. Y eso es cierto porque yo (y tú y él y todos -no dudéis-)
soy uno.
Afirma el cisne de los manicomios: Deseo de ser piel roja.
Belleza de lo rudo, lo salvaje. ¿Qué más decir?
3 cosas, puramente:
amo el amor; seguidme; superadme.
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Una vagina hay que no penetraré: es la tristeza.
Una vagina hay que no penetraré: es la tristeza.
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Los poetas se suicidan en verano (¡vaya!, este endecasílabo no parece desafortunado para titular un libro). Sí. Los poetas se suicidan en verano: cambian la contemplación por la acción, la biblioteca por la discoteca, el crepúsculo por el músculo, el ordenador por el bañador, el blablabá! de Neruda por el ohlalá! de la desnuda, la jarcha por la marcha, el poema por la quema... En definitiva: el verso por el universo. No hay mucho que añadir. El estío es la época del silencio, esa otra literatura. Señor de los helados, el que bebe olas o come labios de turistas no tiene tiempo/espacio para la palabra. Ya voy callando. Volveré en otoño. Hasta entonces: ¡mucho amor, mucho sexo, mucha mierda!
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Firmado: el hombre más feliz del mundo, Óscar Borona.
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