BUENAS NOCHES, PELÍCANO


Buenas noches, pelícano.
Soy uno de esos hombres que ven de pronto Poesía
en un jodido rollo de papel
higiénico
lo mismo que se limpian
el culo con las páginas maestras y antiheroicas de El Quijote.
Boxeo con las olas:
mis manos son más verdes
que el sol de Sócrates, la religión tse-tsé o el taxi de las ranas.
Detesto madrugar.
No todos los caminos conducen a Siberia:
pregúntale al ahorcado por el significado de las nubes
y te responderá con la cabeza
mirando al underground.
El porno sin raíces, ¡qué delicia!
El día menos pensado
me guillotinaré los dos testículos con un cuchillo de cocina
y rezaré tres Padres Nuestros y te los meteré en la boca.
¿Has visto a Jesucristo en bicicleta?
París y las avispas.
Esto no es un poema, es un abrazo
que arrojo como piedra viva a los habitantes
eléctricos de la Constelación
de Piscis.