MÍSTICA DEL SEXO


Hagamos el amor, como quien reza,
ardiendo más allá, noche quemada,
felices, con la luna por almohada
viajando de la piel a la pureza.

Ofréndame sin ropa tu belleza
que yo te ofrendaré la madrugada,
al mundo revelemos que con nada
derrota el corazón a la cabeza.

No existe más Iglesia que el deseo:
la Biblia que me lees y que te leo
se escribe, cuerpo a cuerpo, entre los dos.

El arte del orgasmo es más que arte:
persígnate, que voy a penetrarte
el alma hasta que Dios bendiga a Dios.