HE FOLLADO CON TODAS LAS MUJERES DEL MUNDO


He follado con todas las mujeres del mundo.

Como un jabato.
No he dejado ninguna sin amar.
Altas, medias, bajas, libélulas, nenúfares,
blancas, negras, amarillas, rojas, azules, verdes o sin tinta,
guapas, pseudohabitables, prehistóricas, imposibles al ojo,
licenciadas en Medicina o enfermas de rock&roll...
Aunque muchas lo nieguen, no por insatisfechas
sino por no joder a sus parejas, arruinar a sus hijos
o verse señaladas por el dedo
índice de Dios.

Conste en acta:
sumando
los polvos que he gozado en esta vida
-qué importa si en la cama, el coche policía o los versículos lunares-,
sí que sí, puedo afirmar -mi esposa me mata, resucitaré-
que he follado con todas, todas, absolutamente todas
las mujeres del mundo.
Sin excepción.

No me acuséis de mentiroso porque no lo soy.
Llamadme Supermán.
O simplemente:
Poeta.

ESTOY


-Jodidamente vivo.
-Más loco que una cabra dadaísta.
-En deuda con el punk, los ríos de Saturno y algún que otro poeta maricón.
-Venciendo al ajedrez (con vendas en los ojos).
-Comiéndole las tetas, el alma y el yogurt a la Venus de Milo.
-Bailando sobre el agua del Mar Muerto, igual que Jesucristo, ese surfista.
-Pintando lunas en los ascensores.
-Detrás de ti.
-Enemistado con Friedrich Nietzsche.
-Enamorado de King Kong, el simio que boxea con aviones.
-Desnudo en todos y cada uno de los poemas cárnicos y libres que escribo.
-Feliz de que me leas, aprobándome (con la boca abierta).
-A punto de correrme, ay, aay, aaaay.

CHARLES B

La poesía ha ido a por tabaco.
Intoxicada... pero volverá.


POÉTICA DEL GORRIÓN


Gorrión,
escribir un poema es boxear
con Tyson, ese búfalo.

Que se jodan las nubes.

No se prohíbe
el juego sucio.
No se prohíbe
el barro,
donde los niños son
felices como canes.
No se prohíbe
el mal,
la mierda, la metáfora…

Una buena patada en los cojones.
Y la cosa está hecha.

Gorrión,
verbo del aire:
de rodillas ante ti
lo mismo que ante un dios,
ese búfalo, Tyson,
el poema.

ODIO LAS TETAS GRANDES


Odio las tetas grandes
como balones
de fútbol.
Es ver
dos siliconas,
aquí o allá, en la playa,
el porno, la mitología astral...
y enfermo, muere el sur,
llora Beethoven.
Mierda al quirófano.
Mujer artificial, conmigo no.
Hay que quererse
un poco.
Con naturalidad.
Hay que curarse de la superficie,
de la terrible máscara,
del oleaje.
Menos teatro y más buceo.
Más poesía.
Más ki
Hay que educar el alma:
la imperfección
os hace bellas, diferentes, únicas.
Importas tú:
no el canon de belleza,
esa frivolidad de las estatuas.
Sonríele al espejo: sonreirá.
Que sí, joder. Seguro.
Ámate.
Sé la que eres.
Descubre el arco iris interior.
Odio las tetas grandes
como balones
de fútbol.
Es ver
dos siliconas
y ¡coño! no me tienta echar un polvo
sino emular a Messi:
pisarlas, patearlas,
meterle un par
de goles
al diablo de las putas apariencias.
Yo quiero la verdad, no el arquetipo.
Yo quiero la mujer,
no el maniquí.
YO, EL ALPINISTA


Yo, el alpinista.
La meta no es subir a la montaña sino a la nube.
Así voy a tu cuerpo no en busca de tu cuerpo sino en busca de Dios.
Así conviven -2 páginas, 1 libro-, debajo de mi piel, en comunión, el animal y el ángel.
Criatura, aquí y ahora, tan cerca de los árboles, tan cerca de los astros.
Arde la catedral.
Criatura, aquí y ahora, tan cerca del poema, tan cerca del amor.
Afirman en Escocia: el beso es el camino más corto entre 2 almas.
Coño: ¡besémonos!


3 EN 1
 
La Trinidad Perfecta: Yin, Yang, Yo.

CABALLITO DE MAR


Caballito de mar,
quiero ser tu jinete
y escapar al galope
del amor, esa muerte.

Capitán de mil lunas,
mujeriego valiente,
entre bragas y besos
viviré para siempre.

Afirmando la fiesta
y negando la mente,
voy quemando colchones
en cabañas y hoteles.

Cada noche, con una;
cada cuerpo, celeste:
los orgasmos y Dios
en verdad se parecen.

Hombre puro que naces,
nunca cruces el puente:
quien se casa, se ahoga,
quien se esposa, se pierde.

Caballito de mar,
quiero ser tu jinete
y escapar al galope
del amor, esa muerte.