VIRILIDAD

...............a Javier Merino Martín

Amo la virilidad
con que abrazas mi estatura.
Sé que guardas en la anchura
de tus hombros la verdad
más hermosa de la tierra.
Masculino tigre encierra
tu rotundo corazón.
Carne somos. Pan que arde.
Nada habrá sobre la tarde
contra la eyaculación.
.

6 comentarios:

Unknown dijo...

felices otra vez entre tus orgasmos
transparentes...

mariapán dijo...

Carne somos. Pan que arde...
¿Y hay algo más?
Me gusta tu poesía...

Anónimo dijo...

Hola Óscar:

He dado con tu blog y llevo un rato leyendo.
¡¡¡Es una maravilla!!!Me encanta.
Un saludo.

Alberto Bailador Montes dijo...

Esta noche yo también me masturbaré, con la izquierda, que casi nunca la ejercito, para experimentar nuevas sensaciones...

Cambiando de tema. Vi tu respuesta en mi post de "Querida Milagros". Gracias por leerlo. Aquí adjunto la respuesta de un anónimo, interesante al menos, y posterior respuesta. Sé que el tema te gusta, por lo que supongo lo leerás.

Anónimo dijo...
Parece que, al final, todo se reduce a un malentendido: la confusión que usted y su acólito manifiestan entre lo cruel y lo cruento. Por otra parte, asombra la ligereza de la que algunos hacen gala cuando osan opinar sobre algo que ignoran o de lo que solo tienen impresiones superficiales. Le invito a leer a el siguiente texto de Fernando Savater (1992) para que aprenda qué es naturaleza y reflexione sobre la condición de su «amor» hacia ella: «Esta cuestión nos lleva al tema de la ecología, sobre el que tengo que decirte dos palabras para acabar con este capítulo, aunque no sea más que por aquello de que se la considera como el interés político más extendido entre los jóvenes. Para empezar, déjame distinguir entre “ecología” y lo que yo he llamado en otra ocasión “ecolatría”. La primera se preocupa de la destrucción de determinados recursos y seres naturales (capa de ozono, selva amazónica, limpieza de los mares, bosques, especies animales, etc…) porque ello empobrece la vida humana y puede llegar a amenazarla seriamente. Es decir, los ecologistas sostienen que debemos preocuparnos del medio ambiente porque no podremos vivir y disfrutar si lo dañamos irremisiblemente. Estoy completamente de acuerdo, como puedes suponer. En cambio, los ecólatras basan su amor a la naturaleza en el odio a lo que representa la tradición humanista moderna: sostienen que el hombre no es más que un ser natural entre otros, que no tiene ningún derecho especial, que sus intereses culturales o tecnológicos no deben gozar de ningún privilegio sobre los intereses biológicos de cualquier otro ser del planeta. Los derechos humanos no son más importantes (¡ni siquiera para los humanos!) que los derechos animales o los derechos vegetales… Sinceramente, esta actitud me parece disparatada en el mejor de los casos y en el peor sospechosa: ¿sabías que muchos representantes de la llamada “ecología profunda” —lo que yo denomino “ecolatria”—» mantienen vínculos con grupos neonazis o ultraderechistas? Después de todo, conviene no olvidar que las primeras leyes de protección de los animales y de la madre Tierra las promulgó durante los años treinta en Alemania un célebre vegetariano enemigo del tabaco llamado… Adolf Hitler. Mira, Amador: los hombres no podemos destruir ni dañar la Naturaleza. Es ella, por supuesto, la que nos condena a la destrucción tras numerosos daños. Aunque hiciésemos pedazos nuestro pequeño planeta, la naturaleza seguiría su curso de forma inmutable: cualquier bomba, cualquier gas letal, cualquier producto contaminante hará explosión, asfixiará o polucionará por razones tan estrictamente naturales como las de la función clorofílica o la aurora boreal. Si somos demasiado brutos, los hombres podemos destruir nuestra naturaleza, pero no la naturaleza; podemos aniquilar nuestro planeta (y a nosotros con él, desde luego) pero no nuestra galaxia ni el universo.»
Por cierto, Óscar, es profesar, no procesar...


Alberto Bailador Montes dijo...
Gracias Óscar por responder libremente declarándote antitaurino y español. Suerte en el exámen y ya hablaremos de ese "árabe" que no creo sea tan dañino.

Y gracias por tu interesante respuesta "anónimo". Algunos matices:

No te asombres de la asombrosa ligereza en algunos temas los cuales ignoramos, no siendo que tengamos bastante más idea que tú. No lo sé, lo ignoro, por eso no prejuzgo.

Estoy de acuerdo con Savater en todo lo que dice de "Ecología", y me parece muy interesante todo lo que refleja de "Ecolatría". Es un término que desconocía.

Yo tengo claro la condición que tengo como ser humano, y es precisamente por eso por lo que los derechos humanos me parecen esenciales. No discuto ninguna condición al ser humano. Es precisamente por eso, por la facultad de razón y de pensamiento que tenemos los humanos, por lo que no entiendo todas las atrocidades citadas anteriormente que día a día no dejan de ocurrir.

Y sepa usted, que el protagonista de todos estos hechos es siempre el mismo. El ser humano. Tenga claro, que en mi ideología, "nacer para morir" no entra en mis principios, y yo no soy como Marx, que si no le gustan, tengo otros.

Por cierto, decir que "los hombres no podemos destruir ni dañar la Naturaleza", lo diga usted o Savater, me parece un auténtico disparate. Reflexione dicha afirmación.

La grandeza del ser humano como ser racional (o más racional)que es, desde luego no se demuestra acudiendo a un recinto donde se jalea el vulgar asesinato de un ser vivo. Desde luego cuando intuyo semejante vista, es cuando me asaltan las dudas sobre la condición racional del ser humano.

Por cierto, que Hitler, uno de los mayores asesinos de la historia, fuera más o menos ecologista, me parece un dato más. Pero no mezcle "churras con merinas". Es como si yo le digo que uno de estos asesinos de toros de moda, citemos por ejemplo al tal José T, es un reconocido seguidor de una ideología política extrema. Ese es otro tema, y a mí, ese no me interesa, al menos en este post. Por cierto, ¿en su mundo taurino es que no existe el patriotismo exhacervado??

Para terminar sepa usted, que hace no mucho estuve en un país del extranjero impresionante. Sus habitantes me indicaron que allí, a España se la conoce por los toros. Mejor dicho, según sus palabras "por lamentable espectáculo" Me dio pena. Como español, no pude hacer otra cosa que asentir y reconocer que todo lo que veían era real. Esa es la imagen que proyectamos al mundo. Me dio pena, reitero. Y sentí mucha vergüenza.

Gracias.

Anónimo dijo...

Joder, Óscar, gustándote como te gustan las mujeres y sigues tan maricón como ataño... Un abrazo enorme.

Rocío dijo...

Suena perfecta esta canción.