CRIATURAS IMPOSIBLES



Amor, 
barco de lunas.
Remar, reman los dioses,
y, sin embargo, ocurre a veces que se escucha el blues
del mal naufragio y de la arena rota, allá donde las olas golpean como tauros.
No sueño. No gaviota. No timón.
Ocurre a veces
que dos criaturas imposibles coinciden en la misma hectárea de jardín
y se hace inhabitable el universo.
De nada sirve entonces
arder, besar el sur o abrazar nubes.
¿Quién puede equilibrar
la luz
y el caos
que bullen más allá de sus insostenibles estaturas? ¡Nadie! ¡Oh nadie!
No sueño. No gaviota. No timón.

Ocurre a veces que el amor es ancla.

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